viernes, 16 de mayo de 2008

Falsificar y sobrevivir

Puntuación: ****

Título original: Die Fälscher (The Counterfeiters)
Director y guionista: Stefan Ruzowitzky.
Fotografía: Benedict Neuenfels.
Música: Marius Ruhlan.
Intérpretes: Karl Markovics, August Diehl, Devid Striesow, Dolores Chaplin y August Zirner, entre otros.


Lo sucedido en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial es por todos conocidos gracias a innumerables testimonios que han llegado a nosotros en forma de documentales, largometrajes, novelas, etc. Pues bien, la historia que el director Stefan Ruzowitzky presenta en Los falsificadores es una de ellas. Pero, al contrario que otras películas recientes centradas en el holocausto, como El último tren a Auschwitz, la ganadora al Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa, no vuelve a insistir en los mismos temas de siembre, en la victimización judía y el exterminio masivo.

La película, narrada a través de un largo flash-back, cuenta historia real del judío ruso Salomon Sorowitsch, el falsificador de billetes más importante del momento, desde que es arrestado por las autoridades alemanas y conducido a un campo de concentración, donde se reunirá con otros judíos prisioneros. La misión asignada por los nazis cambiaría el curso de la guerra: falsificar la libra y el dólar para costear los gastos de la guerra y poner en jaque el sistema financiero de los aliados. A cambio Sorowitsch y sus ayudantes viven en barracones cómodos aislados del resto de prisioneros, que se mueren de hambre y que son asesinados detrás del muro que los separa del resto del campo. Era la denominada Operación Bernhard.

Los falsificadores se establece como un auténtico relato humano donde los protagonistas tienen que hacer frente a un dilema moral: ayudar a los nazis y salvar la vida o negarse a trabajar, que conlleva una muerte segura. Un dilema que, a pesar de estar situado en el siglo pasado, bien podría aplicarse a nuestro tiempo, donde el egoísmo personal permite acumular riquezas mientras otros se mueren de hambre.

1 comentario:

María dijo...

Una película preciosa dentro del drama que significa. Realmente pone la piel de gallina en algunos pasajes y, en cambio, en otros me pareció incluso que el mensaje estaba un tanto dulcificado. No nos muestra le genocidio en toda su magnitud y ,sin embargo, produce un gran impacto. Es una película que -para mí- merece la pena.
Un besito,
María Gonzalvo